Las cosas de Maku: 25 oct 2017

miércoles, 25 de octubre de 2017

Crème de La Mer

Cada vez sois más los que me preguntáis cuál es mi secreto, por qué parece que los años no pasan por mí... Os agradezco los piropos pero no hay nada misterioso, sólo unas cosillas que ahora mismo os voy a desvelar.

✒Busca la felicidad: Yo diría que es lo más importante. Debemos poner de nuestra parte y tratar de sonreir a la vida hasta en los más duros momentos. Siempre hay algo por lo que dar las gracias. He pasado por muchas etapas difíciles. En la última decidí dar un giro a mi vida, valorar lo bueno y dejar atrás lo que tanto daño me hacía. Recuerdo cómo la sonrisa de mi sobrina, el amor con que me miraba, oírle pronunciar mi nombre, me alegraban el día y me hacía olvidar cualquier infortunio. Apasiónate por lo que te rodea, por tus aficiones, por los que te quieren... Haz que los buenos momentos tengan más valor que los malos. Búscalos, dales más importancia, olvida esa cara de vinagre y sonríe...
✒Lleva una vida sana: es importante cuidarse tanto mental como físicamente. Una alimentación equilibrada y saludable, así como un poco de ejercicio son fundamentales. También puedes darte algún capricho de vez en cuando (pero realmente de vez en cuando); es un premio que todos nos merecemos.
✒Mímate: cuida tu piel, su higiene, apórtale lo que necesita... Yo ya he pasado la cuarentena y por eso he incluido en mi rutina facial Crème de La Mer, gracias como siempre, al asesoramiento de los profesionales de Perfumería Kiwi.

Lo primero que me fascinó fue su historia.
Hace muchos años, el Doctor Max Huber, físico aeroespacial, estaba realizando un experimento en su laboratorio cuando una terrible explosión le ocasionó graves quemaduras en su rostro, que quedó desfigurado. A partir de ese momento, se dedicó a investigar y tras 12 años y más de 6.000 experimentos, creó lo que hoy conocemos como Crème de La Mer que logró mejorar visiblemente el aspecto de su piel.

Y el milagro sucedió...
La esencia y el secreto que esconde Crème de La Mer es el Miracle Broth™ o Caldo Milagroso, fruto de un lento y meticuloso proceso de biofermentación al que se somete el alga kemp (cosechada a mano dos veces al año y enviada a los laboratorios conservada en hielo) con otros ingredientes como calcio, magnesio, potasio, lecitina, vitaminas C, D, E y B12, aceites cítricos, eucaliptos, germen de trigo, alfalfa y girasol. Los ingredientes se transforman en un todo mucho mayor que la simple suma de sus componentes.

¿Y por qué Max Huber se fijó en las algas marinas? Por su habilidad inacabable para auto-regenerarse, sus propiedades nutricionales y la forma en que retienen el agua.

El proceso tarda entre 3 y 4 meses en completarse y cada tarro debe rellenarse individualmente a mano para mantener su delicado equilibrio. Como las algas contienen propiedades anti-microbianas naturales, la crema necesita sólo una pequeña cantidad de conservantes para mantenerse en perfecto estado durante mucho tiempo, así como por su envase especial.

A la hora de su aplicación no podemos olvidar activarla. Para activar el Miracle Broth™ o Caldo Milagroso y liberar sus ingredientes básicos, tenemos que templar una pequeña cantidad de Crème de La Mer entre las yemas de los dedos durante unos segundos hasta que quede traslúcida. A continuación aplicar la crema ejerciendo suaves presiones sobre el rostro, cuello e incluso en la delicada piel que rodea los ojos. Mañana y noche.

En poco tiempo la piel se vuelve más tersa, más luminosa, más firme y las arrugas disminuyen. Los efectos del tiempo y los poros se hacen menos visibles. La crema hidrata y rejuvenece incluso las pieles más secas y calma las más sensibles. El resultado es asombroso.